Lula reitera su compromiso: recuperaré la democracia y la dignidad para el pueblo brasileño
Marzo fue el mes que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva se puso como tope para anunciar oficialmente su candidatura. Pero en sus declaraciones públicas y en las redes sociales, el líder del Partido de los Trabajadores (PT), de 76 años, lleva ya tiempo presentándose como futuro candidato presidencial para los comicios de octubre, que se avecinan como los más polarizados de la historia de Brasil.
Y en ese tono llevó a cabo su visita a México, donde el miércoles se reunió con el mandatario, Andrés Manuel López Obrador.
«Si gano las elecciones, vendré aquí este año para consolidar la más importante relación política entre Brasil y México, que se dará a partir de 2023», comentó.
«Solo envejecemos si no tenemos una razón para vivir, si no tenemos una causa. Y tengo muchas razones para vivir. Me caso este año. Y recuperaré la democracia y la dignidad para el pueblo brasileño«, escribió en su Twitter Lula, que dirigió Brasil entre 2003 y 2010 y que sigue gozando de un enorme prestigio internacional, especialmente por los logros en la reducción de la pobreza.
A gente só fica velho se não tiver uma razão para viver, se não tiver uma causa. E eu tenho muitas razões para viver. Eu vou me casar esse ano. E vou recuperar a democracia e a dignidade para o povo brasileiro.
En una entrevista al periódico La Jornada también habló sobre su posible candidatura: «Soy un expresidente que está evaluando, hablando con mucha gente [para decidir] si seré candidato una vez más, una decisión que se supone que debo tomar al volver de México».
De confirmarse, sería la sexta candidatura del exsindicalista, líder en las encuestas, con un 42,2 % de intención de voto.
Todo indica que las elecciones se reducirán a un durísimo pulso entre él y el presidente Jair Bolsonaro, su gran enemigo político, que cuenta con 28 % de intención de votos.
Ninguno de los otros candidatos tiene por ahora fuerza para hacerles sombra.
Ni siquiera Sergio Moro, el exjuez líder de la operación anticorrupción Lava Jato que condenó a Lula a la cárcel, con la posterior inhabilitación del exmandario en 2018, y que luego se convirtió en ministro de Justicia de Bolsonaro. Hasta que rompió con él.
Fuente: RT.