¿Crisis de seguridad alimentaria en América Latina? Columnas
¿Crisis de seguridad alimentaria en América Latina? Columnas

Por Sergio Salinas Cañas

La guerra en Ucrania ha provocado y va a continuar provocando una crisis tridimensional en los alimentos, la energía y las finanzas, y esto va a tener un impacto serio en Latinoamérica y el Caribe. Lo que obviamente traerá aparejado una gran inquietud y tensión política, porque la inflación por la guerra provoca polarización, en una región que ya vivó el flagelo del Covid-19.

Al respecto, el 19 mayo, la alta comisionada de la ONU, Michelle Bachelet, anticipó, en un foro económico de Bloomberg celebrado en Ciudad de Panamá, que el aumento de precios en alimentos y energía, la inflación producto de la guerra en Ucrania, causará descontento y tensión social en América Latina y el Caribe.

En América Latina, la inflación en las principales economías es la más alta en 15 años, según un reporte de abril del Fondo Monetario Internacional (FMI). La subida de precios crece y crece en Brasil, Chile, Colombia, México y Perú. El alto precio de los alimentos normalmente crea tensión social. En contra partida, en un escenario electoral, los gobiernos parecen no entender y no han fortalecido los programas de protección social y ayuda financiera, tampoco están invirtiendo en el desarrollo sostenible y parecen no tener la capacidad de aumentar las ofertas de trabajo.

En Chile, seguimos frente a una profunda crisis integral que no solucionará sólo el cambio constitucional, solución política. Cada semana vemos cómo el costo de la vida, la cesantía y los servicios básicos suben y suben y no se ve a un gobierno capaz de enfrentar esta situación cabalmente. Los campamentos han aumentado en 14 regiones del país, los índices de delincuencia son exponenciales, hasta los índices de desnutrición infantil subieron un 2,6 en el 2022, y la deserción escolar bordea los 20.000 estudiantes a nivel nacional.

En Ecuador, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, Conaie, realizó un Consejo Ampliado el 20 de mayo de 2022, para tratar tres puntos importantes: evaluación de la situación económica política del país, agenda legislativa con el movimiento Pachakutik y las decisiones sobre una gran movilización nacional.

En Brasil, la inflación anual se mantiene en poco más de 12%, con énfasis en el precio de combustibles y, como consecuencia, de los alimentos. En abril, la papa aumentó 18,28%, la coliflor 13,25 y el tomate 10,2. Cuando se observan los aumentos acumulados en doce meses, el cuadro es desolador: la zanahoria aumentó 178%, el tomate 103, el café 67. Son alimentos que desaparecieron de la mesa de las clases más bajas y también de buena parte de la clase media-media. Entre marzo de 2020 y octubre de 2021, la carne vacuna experimentó un aumento de 134%. Y el precio sigue aumentando, haciendo que haya desaparecido para siempre de la mesa de más de la mitad de los 212 millones de brasileños.

En Argentina, el economista Horacio Rovelli señaló que “esta cadena inflacionaria va a continuar: siempre que estuvo el FMI supervisando la economía, las inflaciones siempre fueron de tres dígitos”. Rovelli considera al actual como un gobierno terminado y compara este momento con el que llevó al país hacia la crisis de 2001, el estallido social del “que se vayan todos” y la huida en helicóptero del entonces presidente Fernando de la Rúa. El índice oficial de precios al consumidor (IPC) de abril llegó al 6%, con un 58% interanual, el guarismo más alto en tres décadas. Aun así, no es la peor noticia: fue aún mayor (6,2%) en el Conurbano bonaerense –donde vive el 40 por ciento de la población- y llegó al 6,7% la inflación núcleo, que es un predictor de la tendencia de largo plazo.

En Perú, la crisis política que se vive hace varios años se ha visto agravada con la conducción errática del presidente Pedro Castillo, presentando un actual escenario muy similar a un país sin salida y que ha dilapidado el respaldo ciudadano con el que llegó al poder, y con una oposición parlamentaria de derecha cuya única estrategia es la liquidación del Ejecutivo. Pareciera que ninguno de ellos sabe qué hacer con el país. Este escenario se presenta en medio de un proceso de conflictos sociales y de paros y movilizaciones por demandas que no han sido resueltas por el actual gobierno.

El panorama en América Latina, prospectivamente nos muestra que la conflictividad social, incitada por el hambre y desempleo, se va transformando en violencia social. La olla a presión se comienza a llenar de vapor nuevamente, tal como aconteció en 2019 y 2020 en varios países del continente, como Ecuador, Colombia y Chile. No digan que no lo vieron venir. La próxima gran pandemia será la crisis de seguridad alimentaria en América Latina.

Por Sergio Salinas Cañas