Amancay Quintriqueo, la joven mapuche que asumió el rol de Lonko en comunidad de Puelmapu Actualidad
Diario de Rio Negro en PuelMapu, Argentina, destacó a esta joven mujer por la importante conducción que está llevando adelante, con un traajo colectivo, reconstruyendo la cosmovisión y espiritualidad.
A continuación, la nota:
Amancay cambió el rumbo de una comunidad mapuche
Al asumir como lonco, Amancay Quintriqueo tenía muy en claro la dimensión de convertirse en la máxima autoridad de la comunidad Kinxikew, en Brazo Huemul, a 44 kilómetros de Villa La Angostura y 42 kilómetros de Bariloche.
El desafío no era menor: ponerle fin a una comunidad acostumbrada al verticalismo y a la imposibilidad de opinar y disentir. “Aun así, asumí porque mi objetivo superaba mis miedos, mi deseo de cambiarlo todo y mejorar la vida de todes les integrantes de la comunidad”, sintetizó esta mujer de 33 años que hoy se anima a afirmar que, desde que fue elegida como lonco, “la comunidad ha cambiado un 100%”.
La lof se conformó 18 años atrás. El año pasado decidió desplazar a su lonco, denunciado por abuso sexual en la infancia y violencia de género. El recambio de la conducción fue inédito ya que no recayó en hombres, ni en personas mayores. Amancay asumió junto a seis mujeres que hoy conforman el kvme feleal, el círculo tradicional de autoridades mapuche.
“En este tiempo, cambió la forma en que los integrantes de la comunidad nos relacionarnos y la forma de ejercer autoridad. Es lo que siento. Todo está basado en la circularidad. Las decisiones no son solo mías sino que se basan en la decisión de todos”, expresó.
Amancay reconoció que, en un principio, los integrantes de la comunidad sentían desconfianza, pero ahora, “se sienten con libertad para participar activamente en la toma de decisiones y el vínculo con la comunidad fluye libremente”.
La revitalización de la religión mapuche fue otro cambio en los últimos meses. La Lof solo celebraba el Wiñoy Tripantu -año nuevo mapuche- y otra ceremonia en noviembre. Poco a poco, se empezaron a realizar lakutun y katan pilun (cuando los niños pasan a ser adolescentes) y meli folil kvpan (reconocimiento de los niños en el registro civil mapuche y en las fuerzas del territorio), entre otras.
¿Por qué no se ejercía la religión? Amancay explicó que “muchas veces, al tener que defender los territorios de las constantes amenazas no se le da importancia a lo nuestro. Pero en las ceremonias nos conectamos con las fuerzas del territorio. Somos mapuches”.
Agregó: “El 6 de febrero inauguramos el camping mapuche de gestión comunitaria. Con la religión, se le pone más fuerza a lo que hacemos y todos se nos da.”
Cuando se le consultó sobre la principal dificultad en estos últimos meses, Amancay reconoció que no es sencillo ser madre de un niño de dos años. “Mi rol como lonco es orientar y ayudar a que se dé todo en la comunidad. Por eso, hacemos una crianza colectiva, entre todos. Me colaboran, me ayudan y de esta forma, tratamos que mi rol sea más aliviado”, señaló.
Entendió que la aplicación de la justicia mapuche para poner fin a los abusos sexuales por parte del antiguo lonco cambió la forma en que hombres y mujeres se relacionan. “Los hombres dejan que nuestra participación sea efectiva y no interfieren. Colaboran. Eso fue gran cambio. Ya no hay actitudes ni comentarios machistas. Están más colaborativos con las mujeres en los trabajos y en las ceremonias. Esto está vinculado con el derecho que ejercimos como mujeres para frenar la violencia de género”, acotó.
El objetivo de Amancay está enfocado ahora en la calidad de vida de la comunidad, a través de mejoras en las rukas. Unas 57 personas de la lof Kinxikew permanecen en las 9 hectáreas del brazo Huemul, divididas en cuatro sectores. Sucede que muchos vivían en Bariloche y La Angostura y tras los recientes cambios de autoridades, volvieron al territorio de manera organizada. “Eso implica nuevas construcciones lo que demanda mucho trabajo. La actividad más importante es la crianza de animales, el trabajo con leña, el de los carpinteros y constructores de la comunidad y ahora, el camping”, manifestó.
Destacó el vínculo de las mujeres con el territorio que “se fortalece aún más al tener hijos”. En ese momento, las mujeres entierran la placenta en un maitén. “Esa conexión es muy fuerte. Las mujeres tenemos muchas habilidades, sensibilidades para reconocer el lawen, las plantas medicinales y hacer huertas. Crear alimentos, con crianceras de animales. Es increíble cómo las fuerzas se conectan con nosotras y nosotras con ellas”, dijo.
Respecto a la asignación de tareas, Amancay recalcó que se aplica el concepto de la dualidad y lo complementario que corresponde a todos los pueblos originarios. “Hombres y mujeres nos sentimos necesarios, nos respetamos y todos saben lo que tienen que hacer. No se interpone el rol de uno con el otro. Nos complementamos”, expresó.
En relación al 8 de marzo, Amancay aseguró que, desde la comunidad han resignificado la fecha. “Es un día de lucha. Vamos a participar junto con el consejo zonal y un grupo feminista en un encuentro en Villa La Angostura, la ciudad más cercana a nuestro territorio. Necesitamos más ejercicio de nuestros derechos. Allí donde no hay un Estado que nos proteja, vamos a seguir luchando y estamos decididas a hacerlo con otras organizaciones”, concluyó.